La vivienda nueva se desliga de la economía y sube de precio en 2020

La vivienda nueva se desliga de la economía y sube de precio en 2020

La inversión destinada a construir pisos para luego alquilarlos batió récords el año pasado

El precio de la vivienda ha sido tradi­cionalmente un termómetro para me­dir la marcha de la economía. Pero en 2020 ambas estadísticas separaron sus caminos: mientras el PIB cayó a cifras de doble dígito y el paro rozó los cuatro millones por el impacto de la pandemia, los precios de las casas se mantuvieron apenas sin cambios.

Algunos segmentos registraron in­cluso subidas de precios. Según los da­tos de Sociedad de Tasación, este fue el caso de la vivienda nueva, que se re­valorizó un 0,9% el ario pasado. Un por­centaje muy alejado de las previsio­nes que se realizaron durante las pri­meras semanas de la pandemia, cuando algunos operadores inmobi­liarios llegaron a vaticinar caídas de precios cercanas al 10% por la crisis derivada de la pandemia.

La tasadora asegura que la caída en realidad fue un pequeño repunte en el caso de la vivienda nueva, y que el pre­cio medio cerró el ejercicio en los 2.476 euros por metro cuadrado a nivel na­cional. Esto se traduce en un coste de 222.840 euros de media para una vi­vienda de 90 metros cuadrados. Eso sí, en la segunda parte del año la vivien­da nueva ya empezó a registrar caídas, aunque todavía mínimas, del 0,2%.

El consejero delegado de la tasado­ra, Juan Fernández-Aceytuno, desgra­nó ayer estos datos en un evento en el que destacó que «la brecha entre la vi­vienda nueva y la vivienda usada se está ampliando». Mientras la primera registra subidas, la segunda sufre ya el impacto de la crisis con rebajas cer­canas al 4,52%.

El descuento, sin embargo, también se mantiene alejado del previsto. «Des­de que estalló la pandemia el 83% de los propietarios no han cambiado el precio de sus inmuebles», explicó Aceytuno, que justificó esta disparidad con la economía afirmando que «la vi­vienda suele responder con retraso a los movimientos del PIB».

El consejero delegado de la tasado­ra cree que este factor estructural se entremezcla con otro coyuntural. Se­gún sus palabras, el mercado «ya ha­bía expulsado a los compradores más sensibles a la economía, como los jó­venes y la rentas bajas», antes de que estallase la pandemia. Por eso los pre­cios no se han visto tan resentidos: los propietarios no necesitan aplicar re­bajas porque los que no pueden com­prarse una casa hoy tampoco podían hacerlo hace un año. En este sentido, desde la tasadora han abogado en va­rias ocasiones por utilizar los fondos europeos para dar cabida a nuevos co­lectivos en el mercado. Tal y como in­formó ABC, desde el Banco Santander opinan que estos fondos se podrían destinar a impulsar programas para facilitar la concesión de hipotecas a jóvenes con altos ingresos pero sin ca­pacidad de ahorro.

De vuelta a los precios de la vivien­da, su subida no es una tendencia en­démica de España. Según los datos de Eurostat, los pisos registraron incre­mentos interanuales en la mayoría de países europeos durante el tercer tri­mestre. Los repuntes superaron el 7% en Portugal y Alemania, mientras que en Francia alcanzan el 5% y en Reino Unido el 2,7%. En España las casas se revalorizaron un 1,8%, según la ofici­na de estadística europea.

La inversión en alquiler

En el ámbito de la inversión, el seg­mento residencial cerró 2020 con lu­ces y sombras. Los volúmenes caye­ron hasta los 2.600 millones de euros. Pero el fenómeno del «built to rent» (construir para alquilar) se mantuvo ajeno a esta tendencia y registró un récord histórico de 1.400 millones de inversión.

Así lo demuestra el informe presen­tado ayer por la consultora CBRE, que considera que la inversión del sector inmobiliario recuperará este año los niveles previos a la pandemia. Según sus cálculos, en 2021 se cerrarán ope­raciones cercanas a los 12.000 millo­nes de euros, lo que supondría un in­cremento del 25% respecto a los nive­les registrados en 2020.

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